#MeToo (7)
1. Clare Foges: Face it, sexual exploitation can cut both ways
2. Janice Fiamengo Critiques #MeToo and Feminism
3. ‘Me Too’ Leads to Women Being Shunned in the Office
4. RACHEL JOHNSON: Women’s Day? I want a Royal Society for the protection of MEN
5. The Presidents Club Fiasco and the #MeToo movement – A discussion with Jordan Holbrook
6. Un director se suicida tras ser acusado falsamente de acoso por feministas
1. «Booth Babes» Banished: Car Shows Ban Sexy, Scantily Clad Models
2. The Pledge: ‘Women use their bodies to get what they want’
3. War on Hot Women – MGTOW
1. Cosa
2. Objeto
3. Cosificar
No a la wikipedización de la lengua. No a la wikipedización del diccionario. Al menos, si lo pagamos nosotros. No a la wikipedización de la historia, no al revisionismo histórico. No al revisionismo lingüístico. No a la wikipedización de nuestra mente. No a la wikipedización de nuestra vida, no a la wikipedización de nuestra libertad. No al gulag lingüístico. Privatización del diccionario.
Se supone que el diccionario tendría que incluir las palabras que habla la gente. Lo que lleva pasando desde hace décadas es que el diccionario incluye las palabras con las que se comunican los marxistas. Palabras que forman parte de su credo y de su realidad. Palabras inventadas que tratan de imponer a la gente y de hacer que la gente diga. Palabras que vienen con su definición marxista incluida. No es sólo que tengan un problema con el género de las palabras y con el sexo de las personas. No es sólo eso. Tienen un problema con toda la lengua española. Tienen un problema de comunicación. Y ese problema se manifiesta claramente en la lengua, en el idioma.
El proletariado les ha dado la espalda, los trabajadores les han dado la espalda.
La lengua, el feminismo y la homosexualidad son las últimas trincheras de los marxistas.
El izquierdismo es una enfermedad mental que se ha cobrado la vida de 150 millones de personas.
Tanto la violenta campaña de violencia del #MeToo, como la violencia de la campaña contra las azafatas y su derecho a decidir y a trabajar, nos urgen una vez más a considerar nuestra relación con nosotros mismos, con los demás y con los izquierdistas. No podemos permitir ni tolerar ninguna “sugerencia” ni lección, moral o de cualquier otro tipo, de quienes han matado a 150 millones de personas y han violado a decenas de millones de mujeres.
Ahora bien, cambiémosles los pañales. Una vez más.
A las lesbianas españolas no se les ocurrió la brillante idea de la objetificación. La cabeza no les da para tanto. Copiaron de sus jefas de EEUU. Pero había un problema, problema doble. La palabra es difícil de pronunciar y no es lo suficientemente culpabilizadora y criminalizadora. Exacto. Porque ser un objeto no es ser una cosa. Había, entonces, que repetir la palabra objetificación miles de veces. Para entonces, repetir la palabra cosificación junto a la palabra objetificación y luego, repetir hasta el infinito la palabra cosificación como substituto de ésta. Y así, por arte de magia de la madre tierra, ya está creada la asociación y la prueba de que los hombres objetifican y cosifican a las mujeres. Cosa que, por otra parte, no es asunto de las lesbianas.Y así, se añadió al diccionario la definición marxista a la palabra cosificación.
This isn’t about morality – it’s an all-out assault on masculinity
Las personas nos trataremos como objetos si nos da la gana. Y eso no es asunto de las lesbianas. Tratar como objeto a alguien no lo convierte en cosa ni deja de hacerle persona. Incluso nos trataremos de cosa si nos da la gana. E, incluso eso, tampoco es asunto de las lesbianas ni del feminismo.
Cualquier hombre preferiría ser tratado, sin duda alguna, como los hombres tratan a las mujeres que como los izquierdistas y las izquierdistas tratan a las personas, es decir, a los hombres y a las mujeres. Tratarlos y matarlos de una manera peor que si fueran animales, es peor que tratarlos como cosas. Es peor de cómo los izquierdistas tratan a las cosas. Es tratarlos con odio, con maldad. Infinita maldad.
La naturaleza intrínseca del ser humano es ser objeto. Y cosa, si cabe. Las mujeres utilizan su cuerpo como objeto, como arma ante los indefensos hombres. Su objeto es el hombre y sus recursos. Y su objeto para conseguirlo es su sexo, su belleza, su cuerpo y su naturaleza femenina. Los hombres, indefensos y atrapados por la biología, por la naturaleza masculina. Atrapados por la naturaleza. El imperativo inevitable de la naturaleza sobre los impulsos y necesidades sexuales de los hombres. Somos “víctimas”, estamos explotados, discriminados, forzados, chantajeados, robados, tratados como una cosa. Como alguien que utiliza la comida con alguien que no ha comido durante días para someterlo y obligarle a aceptar sus deseos y caprichos.
Pero, al fin y al cabo, el universo no distingue entre personas, animales y cosas. Para él todos somos cosas.
La mujer es un objeto follable y el hombre un objeto follador. Así lo ha dispuesto la naturaleza. O Dios, si prefieren los izquierdistas. Porque después de comer, es la segunda función biológica más necesaria y más importante para hombres y mujeres. Para el ser humano. Excepto para las feministas y las vascas, para quienes la más importante es comer. Follar, fornicar, chingar, copular, yacer, cubrir, acostarse con alguien, enrollarse con alguien, hacer el amor, es la función biológica más importante del ser humano. Comer significa la supervivencia individual, follar significa la supervivencia colectiva. Pero follar también significa la supervivencia individual: comer es la supervivencia inmediata de nuestras células y ADN, y follar es la supervivencia en el tiempo de nuestras células y ADN. Como especie, como animales, como seres vivos. Follar y reproducirse no es algo que decide el ser humano. Es algo que ha decidido la naturaleza. No se puede separar follar de la reproducción: es lo mismo. Y eso es así incluso si separas follar de hacer el amor, el sexo del amor. Aunque, el amor no existe, según los izquierdistas, el sexo sí. Y el sexo siempre está unido a la reproducción. Es lo mismo. Uno es función de lo otro. Incluso aunque se intente evitar la reproducción, es decir, la inseminación, el embarazo, sigue estando unido. Es una reproducción evitada, fallida. Incluso se podría decir que el amor siempre está presente, de alguna manera, porque las hormonas que se liberan durante el acto sexual, están relacionadas con el amor.
Hay gente que trata mejor a las cosas que a las personas. Otra que trata a las cosas o a los animales como si fueran personas. Es el trato lo que importa y no lo que se piensa de alguien. Y eso teniendo claro que no hay nada de malo en tratar a una persona o a una mujer como un objeto o como una cosa. Especialmente si la persona, en este caso la mujer, lo quiere. Que es lo que les pasa a todas menos a las feministas. Que lo quieren.
Las mujeres, como los hombres, han sido objeto de deseo sexual, objeto sexual, objeto de envidia, objeto de admiración, objeto de amor, objeto de odio. Y lo seguirán siendo. A pesar de las lesbianas y el feminismo. Y en su contra.
Vivan las mujeres objeto.
Vivan las mujeres objeto sexual.
No a la opresión sexual. No al socialismo.
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