La rebelión de las crisálidas (3)

Resulta que su nombre es Ramón. La autodenominada Cassandra es en realidad el autodenominado Ramón Vera Paz. Lo que no se sabe es si ya le han quitado lo único que tenía de hombre para acabar teniendo nada de mujer. Ahora sólo falta que se haga lesbiana. Ramón fue donde el juez vestido de mujer, estilo patriarcado, y enseñando los hombros para ver si le cautivaba al juez. Ignorando que al juez no se la iba a pegar. Ni al juez ni a nadie. Pero mucho menos al juez que ya sabe que Cassandra es Ramón. Ramón, que podría haberse cambiado por Pepe, Juan, incluso Aitor. Pero por algún extraño motivo decidió que le llamaran Cassandra. Como si fuera una mujer. Seguro que Ramón ha oído hablar de la homosexualidad. Seguro que sabe lo que es. Pero al camarada Ramón la homosexualidad le confunde. Ahora se ha creído que es una mujer. Ramón es el paradigma de un marxista. No hay nada de verdad en él, nada de lo que dice es verdad.

Ramón se crece con sus coqueteos y buen rollito con ETA. Se crece porque España pasa por unos momentos muy permisivos con los violadores. Lo mejor para Cassandro es que la historia no pegue un vuelco y que esas tonterías de ETA no acaben castigadas con pena de muerte. Ahora entiendes de la puta madre de quién te vas a reír. ¿No, Ramón?

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