El mito de la brecha salarial
Si las mujeres apoyan esa mentira es que las mujeres son explotadoras porque quieren explotar y exprimir al empresario y entorpecer el progreso, desarrollo y modernidad, desviando recursos (robando) para ellas. Son violentas porque utilizan la violencia que el Estado ejerce contra los individuos y empresarios.
1.” A menudo escuchamos que existe una brecha salarial” No existe tal cosa nada más que en la mente perturbada de los izquierdistas. No existen luchas de clases, lucha de sexos ni sus consecuentes brechas salariales.
En todo caso, lo que en realidad ocurre es que son los hombres los que están discriminados y si hay que buscar culpables son los que han iniciado esa mentira, los que la promueven y las que lo apoyan. Todas las que hayan dicho existe brecha salarial aparte de ser unas criminales, son unas mentirosas ya son culpables de explotación y discriminación dirigida por el Estado para impedir el acceso al mundo laboral de los hombres y una retribución negociada y justa. La realidad es muy simple y sencilla. Tan sencilla como la vida misma.
2.” Así, aunque sí es correcto decir que el sueldo medio de los hombres es superior al de las mujeres, no es cierto que las mujeres cobran menos que los hombres por hacer el mismo trabajo.” Es totalmente incorrecto y ellas lo saben. Será que son unas mentirosas.
3. “es muy difícil encontrar episodios de discriminación en los que ellos cobran más que ellas por hacer el mismo trabajo en la misma empresa” Y si no fuera así, no pasa nada. Si a ellas no les gusta el salario o las condiciones en una empresa, que se vayan a otra o que se monten la suya. También pueden elegir países en los que no existe brecha salarial como Cuba o Corea del Norte. Lo que tienen que hacer es trabajar lo mimo por el mismo sueldo. Basta de desigualdad, no a la explotación.
4. “En efecto, si los hombres cobrasen más que las mujeres por ocupar el mismo puesto en la misma empresa”
Nosotros ocupamos el mismo puesto y espacio físico como trabajadores en nuestro país y no cobramos lo mismo que los que cobran más que nosotros. Por ejemplo, toda la casta y la trama izquierdista. Ahí hay brecha salarial. Queremos que el Estado nos compense y equilibre nuestro sueldo con el de Rayoy, Iglesias, Sánchez, Llamazares, Garzón, Rita la de las tetas, Carmena, Colau y el resto de la Casta. No cobramos lo mismo que las directivas. Y no trabajamos lo mismo que ellas: trabajamos mucho más y en peores condiciones. No a la brecha de riesgo, no a la brecha de inseguridad, no a la brecha de accidentes laborales, no a la brecha de comodidad, no a la brecha femenina. Queremos las mimas condiciones de trabajo, de comodidad y de temperatura. No a la brecha mental que tienen los izquierdistas en la cabeza.
5. “estaríamos ante un escenario discriminatorio que merecería nuestra reprobación.” No merecería ninguna desaprobación en absoluto. De ninguna manera. Si no están contentas que se larguen. Cada uno paga en su empresa lo que le da la gana. Si no les gusta el sueldo que se paguen a sí mismas y que se multipliquen el sueldo por cinco.
6. “Otra receta útil para mejorar la situación salarial de las mujeres puede ser la introducción de deducciones fiscales que permitan descontar del pago de impuestos aquellos pagos ligados a servicios y cuidados del hogar o la familia.” Lo primero que hay que hacer es rechazar que las mujeres sufran mala situación laboral porque es marxismo y mentira. Claro. ¿Deducciones fiscales para el sexo privilegiado? Pero, ¿primero tendrán que pagar impuestos, no? Y por qué a ellas y no a los hombres. Es que nadie nos va a dar el derecho a deducciones fiscales, O quizás es que nos las tenemos que tomar nosotros. Deducciones del 100%, por ejemplo.
7. “En la mayoría de familias, son las mujeres las que desempeñan estas tareas.” Es verdad, los hombres son unos explotadores. Tienen razón los comunistas. Fíjate, el marido de putas y la mujer cambiando pañales todo el día: un pañal detrás de otro. No es que los hombres se vayan de putas a la hora de cambiar los pañales o de bajar la basura. Es que los hombres ni siquiera van a trabajar. Son así de cerdos. En realidad están todo el día de putas. Son unos cerdos. Todos los hombres son iguales. ¿Y el sueldo y el dinero que llevan a casa? Seguro que es una conspiración del patriarcado. Como son hombres son unos cerdos. Y entonces tienen máquinas y hacen dinero y dicen que trabajan pero en realidad están de putas. Pero no se van de putas porque sí. Se van de putas para no cambiar pañales y no hacer las tareas domésticas que según ETA y el resto de los socialistas, les corresponderían. Y luego vienen el lobo feroz y va donde caperucita. Pero justo aparece el cazador y le mete un buen tiro al lobo. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y luego se fueron a ver como el príncipe que le había puesto el zapato a Cenicienta se casa con ella. Y no se van en la calabaza sino que se van en un bonito carruaje de vacaciones a un castillo muy bonito. Por el camino pasan a visitar a los siete enanitos y a la bella durmiente. Luego se van al castillo y como les gusta se quedan allí para siempre. Y fueron felices y comieron perdices.
8. “Y, de paso, esto podría ayudar a reducir la economía sumergida, ya que una parte importante de estas actividades se desarrolla hoy de manera informal, con pagos en B.” Pero, ¿el artículo lo ha escrito Montoro?
9. “Por tanto, no tiene sentido permitir que la izquierda radical monopolice el discurso feminista” Sí, tiene todo el sentido porque la izquierda, toda, que es en sí misma radical, es la propietaria del discurso feminista. El discurso del odio, de la mentira, de la violencia, de la brecha salarial. No existe izquierda radical. La izquierda es en sí misma radical. Todo los izquierdistas son radicales, en el término que se quiere indicar en el artículo.
La realidad es que, aunque existiera esa brecha y se solucionará no se iba a solucionar ningún problema de las mujeres. De hecho, el estar hablando de la brecha salarial es un problema para las mujeres. Porque a las mujeres los neomaltusianos y la izquierda les han escupido al mundo laboral. Que no es un mundo de rosas tal como se lo quieren pintar. Si se coge individuamente a las mujeres de ahora con las de hace 3 o 4 décadas, por ejemplo, su nivel adquisitivo ha bajado. Antes su nivel adquisitivo iba ligado al del marido. Que era un nivel alto. Ahora su nivel adquisitivo es menor porque eligen unas carreras de mierda, viven solas sin relaciones sexuales ni afectivas. No tienen hijos, ni presente ni futuro. Bueno, sí. Futuro sí. ETA y el PNV les tienen reservada una muerte dulce.
Y aunque existiera la brecha salarial y se solucionara, habría que acabar con la existente brecha laboral. Las mujeres no tiene los trabajos peor pagados ni lo más desagradables y peligrosos. Sufrirían igualitariamente la misma mierda de condiciones laborales. Tendrían acceso a los trabajos peor pagados y cobrarían la misma mierda. Y lo harían en un mismo número por puesto laboral, fábrica u oficio al de los hombres. Y en ese caso acabarían cobrando la mierda que le correspondería a cada puesto de trabajo. Y luego que pidan a los criminales, a la izquierda, que les cambien los pañales y que les pongan el chupete.
¿Cuáles el problema? El problema de las mujeres no es el querer trabajar o cobrar más por el trabajo. El problema de las mujeres es el dinero. Igual que el de los hombres. El problema de las mujeres es que las azucen con carreras universitarias distintas según el año y la década. ¿Quién quiere trabajar? Lo que la gente quiere, mujeres incluidas, es no trabajar. No a la brecha de la lotería. Queremos que nos toque la lotería.
Extractos del artículo: El mito de la ‘brecha salarial’… y la receta liberal para mejorar los sueldos de las mujeres