El ayuntamiento de Bilbao (PNV) y una empresa de telefonía regional, ambos orgullosos de ser pioneros en el marxismo cultural, han sumido al centro de Bilbao en un contaminante atasco. Se les ha ocurrido organizar un circo en la Gran Vía coincidiendo con el partido de futbol sin consultar a los vecinos ni con el permiso de éstos. Y por supuesto, sin avisar. Enhorabuena.