Privatizar las playas
1. Proceso.
El proceso podría ser de golpe o por fases. Por fases podría ser, por ejemplo, privatizar primero la gestión y con el tiempo la propia playa. La propiedad puede ser de una persona, una empresa o un pueblo.
2. Limite de acceso.
Podrán limitar el acceso a quienes consideren necesario. Tanto el acceso como el baño. O permitir el acceso pero no el baño. Por ejemplo, a las personas con algún tipo de problema de salud. Pueden impedir el acceso por edad, origen, raza, cociente intelectual, nacionalidad, etcétera. Podrán permitir el acceso con condiciones. Por ejemplo, un seguro para pagar los gastos en caso de que tenga algún problema de salud, de que necesite ser rescatado o de que pongan su vida en riesgo en contra de las indicaciones de los vigilantes, controladores o socorristas de la playa. O lo pueden incluir en el precio de entrada o de ser socio. Pero el seguro haría que quienes infringen las normas provocando problemas económicos, que los apaguen pagando ellos también porque les costaría más dinero pagar la próxima vez el seguro. Además, los seguros podrían incluir información sobre si esa persona es reincidente.
3. Las playas pueden competir entre ellas por la calidad de sus aguas, por los servicios que incluyen en el precio, por la gente a la que limitan la entrada, por la preparación de los socorristas, por los medios tecnológicos que incluyan, por el servicio de seguridad.
4. Sobre el servicio de seguridad.
Depende del tipo de propiedad de la playa podría ser: a) servicio de seguridad propio, b) contratado, c) policía, d) policía privada. Podría tener funciones como: a) detención de delincuentes, b) disuasión de ataque de delincuentes (desembarco de inmigrantes, narcotraficantes o cualquier otro tipo de terroristas), c) sólo de vigilancia y de grabación de todo lo que ocurra en la playa y zona del mar bajo su jurisdicción o de su propiedad. Utilizando las armas de los que quieran disponer. Por ejemplo, pistolas eléctricas, pistolas normales. Incluyendo munición normal o solo munición para adormecer al delincuente.
5. Sobre los socorristas.
Las playas tendrán que competir y, por lo tanto, esforzarse en tener los mejores socorristas. Para ello su capacidad física, de natación y rescate, tendría que ser pública y haberse hecho de acuerdo a una normativa común de medición. O en su caso convertible. Si todos fueran nadadores profesionales que participan en competiciones se podría contrastar su velocidad y resistencia. Pero esto sólo podría ocurrir entre ellos porque ya tienen marcas oficiales y son públicas. No se podría medir en el resto de socorristas. Pero faltaría saber, de todas maneras, cuál es su fuerza para cargar con una o dos personas para sacarlas del agua por: a) haberse metido muy adentro, b) fuertes corrientes, c) fuerte marejada, d) galerna.
Este tipo de mediciones y de control harían que las playas se vieran forzadas a no mentir sobre la capacidad de los socorristas. Y, además, haría que las mujeres estuvieran representadas en su justa medida. Malas noticias para el marxismo cultural.
6. Multas a los infractores, a los delincuentes y a los que causen algún tipo de daño a la propiedad de la gente, de la playa o a los animales que haya en ella o en el mar.
Podrían fijar la cantidad que quisieran como compensación y exigir un aval para poder entrar a la playa. Para el caso de recibir una multa, poderla pagar. Por ejemplo, 600.000 euros por acercarse a menos de 10 metros de un animal lo suficientemente grande o de participar en el rodeo multitudinario de un animal, aunque sea a 20 metros de distancia. Bien porque los animales acuáticos sean propiedad de la playa, porque sean propiedad de otra empresa o individuo, o porque sin más, son las normas de la playa.
7. Podría haber playas que permitieran el baño con bandera roja.
Eso, aquí en el norte, haría que la playa estuviera abierta una buena parte del año. Abriendo con bandera roja y permitiendo el baño, por supuesto, posibilitaría que los valientes pudieran poner en riesgo su vida sin ninguna prohibición y sin el socorro de ningún tipo de vigilante ni socorrista.
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